complexity

Un día, o unos días, o después de unos años todo se complejizó.
En la cabeza habían demasiadas variantes. Y cada acción podía traer a lo menos muchas varias resultantes, unas esperas, otras no tanto.
La complejidad puede traer su aspecto positivo, su excusa, del tipo: es que todo es tan complejo. Ya nada es sencillo, ojalá fuera cómo antes.
A veces pienso que no es tan malo, que todo tiene varias aristas, que tu, y yo, y que todos tenemos errores graves, actitudes insospechadas, dolores, penas, multiplicadas por mil, porque no existe un sólo tipo de error grave. Hay errores graves con consecuencias, hay errores graves secretos, hay errores graves subjetivos porque para otros pueden ser grandes felicidades, hay errores graves que se olvidan, hay errores graves que cambian la vida, errores graves sin querer, y errores graves queriendo, queriendo porque no se había dejado de querer.
Y tal vez los errores no son nunca graves, tal vez los errores no son errores. Son cosas que pasan, que cuando se acumulan se convierten en la vida que no querías tener, por ejemplo.
Pero entonces si todo es tan complejo, si todo está mezclado con todo, si nadie puede tirar la primera piedra, si a veces es mejor guardar silencio, si uno por dentro puede ser más feliz, y sobretodo... si eso permite que uno cada vez juzgue menos, porque quien es uno para juzgar, y porqué uno tiene que aceptar que lo juzguen, entonces que la maraña de la complejidad nos deje ser felices, aunque nos de miedo que nos pillen, aunque aparezcan imagenes en el subconsciente. Porque todo es demasiado corto, porque pareciera que los segundos duran cada vez menos, porque no existe la posibilidad de vivir de nuevo, al menos eso creo, aun que tal vez si suceda, pero a este paso, tal vez yo sea lechuga y tu saltamontes, y entonces no vamos a tener consciencia y no vamos a poder acordarnos...