27

Hoy se casa la A. De pronto este año han sucedido demasiadas cosas importantes. Cosas marcadoras. Me acuerdo cuando hice la lista de las cosas que quería para este año. No sé si realmente las cosas que han pasado las busqué. O las imaginé. Sólo llegaron. Pese a que la Carol ya no está aquí, me gusta creer en la teoría mágica de que ahora tengo más pituto en el cielo. Eso quiere decir, que de alguna manera, siento que su ayuda, sus empujones son más fuertes ahora. Son los de ella, los de Bertie y los del Taty.
Hoy se casa la A y estoy nerviosa. Sé todo lo que ella quería que llegara este día. La llamo. Quiero hablar con ella antes del gran momento. No me contesta. Lógico. Debe estar en alguna operación preparativa. Me acuerdo cuando yo era chica, y en el colegio, usaba corbata roja. Veía a las de corbata amarilla y me parecía imposiblemente lejano llegar a estar ahí. Ahora se casa la A y parece mentira que mi amiga con la que salí duro y parejo desde séptimo básico entre hoy de blanco a la Iglesia. Me devuelve el llamado. Obviamente estoy yo más nerviosa que ella. Escribo con el ensayo de la tenida de la noche puesta, y la A está en el campo, almorzando tranquilamente. Envidio su tranquilidad. Estoy feliz. Además, es 27.