Daniel dice que ahora que me junto todos los jueves con mis amigas a almorzar, pertenezco de verdad a la columna de minas cuicas de la Consuelo Aldunate. La cosa es que aún no voy a llegar a los 30, no es que me traume, pero siento que el paso a los 30 no es tema aun.
Bueno, y ser parte de la columna de la Consuelo Aldunate es bien fome. Me acuerdo que en algún minuto me entretenía, pero las historias empezaron a ser demasiado patéticas, historias como esa de irse de vacaciones sola a Zapallar a encontrar algún treintón platudo. Pathetic en serio.
De todas maneras me parece más interesante ser parte de Sex and the City. Esas si que son minas cool. Enrolladas como ellas solas. Como dice mi amigo Seb.... prefiere las pendejas porque tienen menos traumas, menos rollos. Seguro, después de los 25 ya nada es tan sencillo.
Mi problema es que no puedo ser Carrie o cualquiera de ellas, porque no tengo ese físico, ni tengo tanta plata como para vivir en NY y comprarme zapatos en las tiendas de 5th Avenue cada vez que estoy deprimida. Además, no me calza mucho andar comprándome zapatos de taco alto.... pero bueno, si es que se puede, como este fin de semana, toca viajar al mall, y adquirir zapatillas. Igual produce felicidad.
Ahí está lo gracioso. Usar, adorar, idolatrar las zapatillas, y seguir siendo bien mina, y usar, adorar e idolatrar los perfumes.
Como comentaba en otro post mi lado de computina tiene que ver claramente con mi papá.... ahora el lado de los perfumes.... mi mamá. Y tal vez también las zapatillas. Ella hereda las que yo dejo de encontrar cool, y se las pone feliz. Estoy segura que a los 60 yo también seguiré usando zapatillas. Eso espero....
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