Aunque caminaba algo apurada, me detuve en Merced frente a la ex oficina de Co-op y sentí nostalgia. Al menos dos años estando ahí algunas varias horas del día.
Paso instintivamente rápido, por la entrada del Pasaje Paulino Alfonso. Alguna vez vivió un ex ahí, y aunque ya no, mi pavlov sigue existiendo: evadir esa esquina.
EL café 202 queda en la calle del departamento de mi amigo-hermano D. Y ahí justo exactamente arriba del café viví, unos cortos 2 meses.
A la vuelta E me acompañó hasta mi casa. Pasamos frente al local emblemático del barrio, y justo arriba de él, a modo de pantalla gigante, el departamento de mi ex. A real ex. Ese de muchos años.
Sin ninguna cortina, y él dentro. Fue una situación de voyerismo extremo. Sin querer. Lo veo moverse, tomar cosas. No quiero ver esa escena...
En la siguiente esquina está el edificio del departamento donde viví unos de los años más intensos de mi vida.
En el parque paseo a Margot y me encuentro con H, ex novio de una amiga, quien también pasea a su perro, y vive a 2 cuadras de mi casa.
En el parque paseo a Margot y converso con el mozo de uno de mis restaurants frecuentes, que también tiene un foxterrier. Después de un rato cada uno se va, y nos encontramos en el restaurant. Ahora él me pasa la carta.
Como no le voy a tener amor a mi barrio.
No comments:
Post a Comment