A veces es tan fácil darse cuenta de las cosas.
Otras, es necesario que ocurran acontecimientos, incluso extraños, para entender.
Hay veces que uno quisiera que el tiempo se detuviera.
Que la noche no se acabara nunca,
que el descanso fuese para siempre,
que la noche sea para siempre, que no llegue la mañana, que no llegue el momento de partir.
Otras veces uno solo quiere que el tiempo pase volando,
que los días desaparezcan rápidamente del calendario...
sobretodo cuando uno tiene la extraña seguridad de que es el tiempo
el que solucionará todo.
Hay veces que el miedo a estar sólo es gigante,
otras que estar sólo se vuelve estrictamente imprescindible.
Se acaba el verano y todos piden que lleguen los días de frío y lluvia.
Friday, April 03, 2009
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