Margot=Margot

No hace ni frio ni calor. Es lejos, pero no tanto, todas las distancias me son caminables. Mejor ir a pie. Llego a la esquina de Rue Jacob y Rue Bonaparte. Como bien lo dije antes, todo esta igual por fuera. Por dentro, deben haber mil cambios.
En el 13 ya no hay ningun "gillmore" en la sonnerie. Obvio. Pero 3me etage si.
Toco el timbre y la puerta simplemente se abre. Nadie contesta. Miro el patio interior y me da felicidad. Tomo el ascensor con un dejo de nerviosismo y ansiedad y la puerta del tercer piso ya esta abierta. Bernard mira extragnado y despues enfoca los ojos y me saluda. Pero si es madame!
Margot esta por ahi, pero no esta. Preguntamos por ella y Bernard comienza a hablar de su manera tan singular: desde afuera, haciendo una descripcion social de una situacion cualquiera.
Pero no.
Habla de Margot.
Describe cosas y luego sale, y vuelve con una carpeta.
Comienza a leer.
Bernard no es un escritor famoso ni particularmente talentoso, pero lo que lee en ese momento, es de lo mas lindo que he escuchado en mi vida.
Una historia de amor, contada a su manera de analisis, pero esta vez de clima, de sentimientos, de color.
Puedo imaginarme toda la escena cuando lee ese texto.
Bernard debe tener unos diez agnos menos que Margot. Margot esta viva, pero ya no.
Se despierta y luego de que Bernard la viste, con su tunica blanca, sus aros grandes y algun collar preciso, camina por la sala con la mirada perdida.
Margot ya no habla, ya no mira, ya no entiende.
Bernard le da de comer y ella no entiende porque ha visitas.
Le digo hola, y ya no me habla de politica, ni de Schilling, ni de Marquito, ni de Pinochet.
Le entrego su manjar blanco y se abalanza a comerselo sin ni siquiera sacarle el envoltorio.
No se que hacer.
Pero aun queda algo de Margot. En sus ojos sobretodo.
Yo me pregunto... donde estaran sus recuerdos, sus sentimientos, su genio, su risa?
Se estaran esfumando de a poco, o estaran a la espera en algun otro lugar?
Le digo a Bernard que la Margot chilena tambien se viste siempre de blanco.
Bernard sonrie como siempre.