
Margot se pasea suelta por las calles del cementerio. Es un día soleado y no hay nada que temer. Estamos en un lugar enrejado, seguro.
Damos varias vueltas, visitamos la tumba de mis parientes, me pongo a sacar algunas fotos. El cementerio N1 es el más antiguo de Valparaíso. Tiene un desnivel propio de los cerros y a ratos Margot agarra vuelo y salta las escaleras entre nivel y nivel.
Hay unos balcones-miradores que se asoman hacia la quebrada y el mar, ahí entre medio de los nichos a los que decido sacarle fotos. Pasan unos segundos y escucho un grito enorme de P. MARGOT. Margot ha agarrado el vuelo equivocado y en vez de saltar unas "escaleritas" ha saltado libremente desde el balcón-mirador hacia el infinito y más allá. Una quebrada sin fin.
P dice que lo miró mientras caía, como dándose cuenta de su error.
No sé medir metros así tan libremente, pero... 8? 10?... varios.
Margot nació perro y no gato. Pero ya lleva dos salvadas.
No hubo más que profanar la tumba de Lucas y P saltar desde ahí, en búsqueda del perro afortunado que cae en un colchón de pastizal que amortigua la caída libre.
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