sin título

Cuando uno tiene demasiadas cosas que escribir, finalmente termina no escribiendo nada y dejando que llegue el momento de la sequía literaria uno se da cuenta de que cuando hay que escribir, se escribe.
Pero parece ser que de pronto no era que el tiempo pasara más rápido, sino que era una cosa como de la era, de lo que le pasa a todo el mundo, y el 2006 se convierte en 2007 y se va un año nefasto, (creo) y empieza otro con una valla, que se salta, y otra, que se salta, y uno empieza a agarrar vuelo, y simplemente que se vayan a la mierda las vallas porque igual uno ya sabe saltarlas y después de 20, la 21 es papa. Entonces vengan las dificultades, que no importan. No hay que pensar en mañana. Mañana puede ser que haga frío, pero hoy hace calor, y está buena la música. Mañana puede ser que esté nerviosa, pero hoy estoy tranquila y orgullosa. No es que haya que ignorar el miedo. El miedo creo, es lo que a uno lo impulsa a combatir. Cuando hay un mínimo de miedo, estás alerta, estás preparado. Un miedo escondido eso sí, un miedo secreto.Como hace unos días, que me dio miedo fumarme un pito. Miedo... no fumaba hace tanto tiempo, y estupidamente me dio miedo pensar que tal vez no lo disfrutaba. Entonces, había que combatir el miedo, y fumar un poquito, y cagarse de risa, y pensar que finalmente un pito es un pito, y no es un jale, y no es un salto a un precipicio, y no es un error, una confesión de borracho, una deslealtad, nada. Todavía me da miedo morirme, debe ser por eso que en general trato de aprovechar, creo, los días. Y de acostarme agotada, y que me cueste despertarme.