Me despierto por la mañana, mi edificio es un hotel. Hay un café abajo, me quedo ahí un rato, pero tengo que subir. Tomo el ascensor, se sube un papá con su hija. Yo aprieto el piso 6, ellos el último piso. El ascensor en vez de pasar primero al 6, me lleva a la azotea. El hotel mientras más arriba, más elegante. De hecho arriba en la azotea hay que estar como bien vestido para ir. Me bajo, como sabiendo que no es el lugar donde quería ir, pero aprovecho. Miro Santiago. Me deslumbro mirando el mar. Santiago tiene mar. Se ve bonito.
Me saludan un par de chinas fashion, cariñosamente. Pienso ¿las conozco?...
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