Parece ser que hay algunas cosas que uno borra de la cabeza porque necesita hacerlo. Sin querer, desaparecen. Es como cuando uno discute con alguien y le dice "tu nunca..." o "tu siempre...", y el nunca, no es tan nunca, y el siempre, no es tan siempre. Uno generaliza y polariza. Es como idealizar a alguien que uno quiso y se fue, para siempre lejos, o para siempre, no sabemos donde ni en qué estado. Parece ser que uno sólo recuerda lo bonito, y olvida todo lo malo.
Que le voy a hacer, me pasa eso.
Otra de mis teorías extrañas de la vida, es que me imagino que al nacer, a uno le dan un frasco de energía "E". Ese frasco es para todos igual y es uno el que lo distribuye a lo largo de la vida. Hay gente que se gasta ese frasco en 30 años, onda Jim Morrison, James Dean, y muere joven. Hay otros como mi abuela, que lo administran perfectamente unos 86 años. Hay otros que simplemente mueren antes de que esa energía se acabe.
A veces pienso que mi subconsciente administra rápido ese frasco. No sé porqué hay veces que todo el mundo está cansado y yo no, que todos encuentran que algo ya se acabó y yo no. No es siempre en todo caso. Hay viernes que no puedo sostener el cuerpo después de taller y yoga y que sólo puedo caer sobre mi cama y entrar en el estado de autismo somnoliento.
Pero parece ser, que finalmente, mi tema es que siento que hay que gozar. No excesivamente, no descontroladamente. Pero si hay que pasarlo bien, hay que pasarlo bien, sin destruirse.
Hoy, después de mirarme al espejo y ver unos "lindos" ojos hinchados de pena, pensé que no quería sufrir. La vida es una sola y no puede ser triste. No para mi. Ya no fui Adolfo Couve, ya no fui Leonardo da Vinci. Tiene que existir una fórmula correcta entre trabajo y vida. Una fórmula que de alguna manera siento que estoy logrando. Si mañana me muero mi herencia no puede ser un computador lleno de trabajos a medias y textos no publicados. Mi herencia debe ser un recuerdo lindo para mis hermanos, mis sobrinos, mi familia, mis amigos. Parte de la herencia puede ser este miércoles de familia a la vena, de sobrinos bailando, de whisky irlandés, de almuerzo y otra vez parrilla, de música fuerte en el auto, cantando el temón italiano los tres hermanos y disfrutando de la tibia tarde:
y déjame gritarte // quiero desahogarme // yo sin tu amor vivir no puedo //
y ahora me puedo quedar // sentado a tu lado // sin arte ni parte //
no soy capaz // de ponerme a mirar // esos ojos de brasa //sin luego sentir estremecimientos// y corro a tu encuentro // diciendo te quiero // recomencemos.
Wednesday, November 01, 2006
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